Hoy vengo a hablar sobre el origen de dos artes marciales y a relatar un evento histórico en el que ambas artes se encontraron y contribuyeron a crear parte de la leyenda que son hoy. Estoy hablando del épico combate entre Helio Gracie, creador del Gracie Jiu Jitsu (también conocido como Jiu Jitsu Brasileño, o BJJ por sus siglas en inglés) y Masahiko Kimura, considerado por algunos el mejor Judoka de competición de la historia y por muchos uno de los mejores, séptimo Dan y reconocido campeón del Open de Japón durante 13 años con solo una derrota en ese período.
Pero antes, aunque no vaya a profundizar, dejadme dar unas pinceladas sobre ambas disciplinas.
Durante la larga época feudal japonesa se perfeccionaron las artes de combate, ya que para algunos la guerra era su forma de vida. Muchas escuelas se originaron en las que se enseñaba todo tipo de conocimientos marciales destinados a ese ambiente constante de guerra. Con este panorama en mente, no resulta difícil comprender cómo surgió el Jiu Jitsu japonés, en gran medida nutrido de técnicas que se autoproclamaron útiles al ser aplicadas sobre adversarios con armadura.
Este hecho, la armadura, supuso que no se considerasen como buenas las estrategias de combate que implicaban gran cantidad de golpes con puños y piernas, pero sí se considerasen muy buenas las que involucraban luxaciones, estrangulaciones o proyecciones. Además,una proyección a un enemigo con armadura supone aumentar considerablemente la inercia del golpe, dado el peso de la armadura, y es mucho más fácil usar una daga contra un rival caído en desventaja en los huecos de la armadura.
Precisamente es por esto que en japón las artes marciales son mucho mas rígidas a la hora de golpear y se centrar mucho más en los puntos vitales, como es el caso del Karate, frente a las artes marciales europeas como el boxeo, mucho más orientada a un enemigo sin armadura.
Jigoro Kano, en 1882, basándose en dos de las escuelas de Jiu Jitsu clásico centradas principalmente en el combate cuerpo a cuerpo desarmado y con proyecciones, aglutinó la base de esta disciplina y su esencia y estrategias en lo que llamó Judo (camino de la suavidad). El Judo es un arte más moderno que el Jiu Jitsu clásico, y no enfatiza como aquél en la defensa personal en un ambiente feudal. Por eso, el paso a competiciones deportivas fue intuitivo, y el salto a las Olimpiadas fue relativamente fácil, al ser esta disciplina una gran promotora de los valores de la deportividad, la competitividad sana y el respeto por el adversario.
Por otro lado, un amigo de Kano, Mitsuyo Maeda, fue uno de los maestros que quisieron probar suerte recorriendo el mundo en busca de fortuna. Visitó varios países enseñando como maestro y celebrando combates mediáticos contra luchadores, boxeadores y demás combatientes de varias disciplinas, ensalzando el Judo (o Kano Jiu Jitsu en aquella época) con cada combate. Finalmente acabó en Brasil, hospedado en la casa de un aristócrata brasileño llamado Gastão Gracie, que le ayudo en sus exhibiciones y espectáculos.
Fue a sus hijos a quien Maeda aceptó como estudiantes y uno de ellos, Carlos Gracie abrió en 1925 la primera academia Gracie de Jiu Jitsu.
Junto a sus hermanos George y Helio Gracie, trazaron una estrategia comercial para hacer famosa la disciplina y la escuela basada en espectáculos en los que se retaba a cualquiera que dudara de la efectividad del Gracie Jiu Jitsu a un combate sin reglas, sin límite de tiempo y sin clasificación de peso. Al ver la verdadera efectividad de esta disciplina, cada vez más gente se vio atraída y comenzó a practicar BJJ.
Helio Gracie, al principio, era un chico flaco y débil, y por esto adaptó el Jiu Jitsu a su complexión y poca fuerza, enfatizando en aspectos como la técnica, el aprovechamiento de la oportunidad, etc. El BJJ actual desciende exactamente de esa ideología de Helio, y fue él el principal impulsor de las técnicas y visiones más modernas del combate, sobre todo en suelo, con sus palancas y estrangulaciones.
También se hizo muy famoso retando a competidores de distintas disciplinas y ganándoles, incluyendo a algunos campeones de judo japoneses.
Sin embargo, cuando retó a Masahiko Kimura, se encontró con la horma de su zapato.
Kimura fue uno de los mejores judokas de la historia de Japón. Ascendió rápidamente por la escala de Danes, llegando a séptimo Dan a los 29 años. Medía 1,70 metros y pesaba 85 kilos, y, hablando en plata, estaba hecho un toro. En su mejor época llegaba a entrenar 9 horas diarias Judo, y era famoso su sistema de entrenar Uchikomis (entrenamiento basado en la repetición para el perfeccionamiento) de O Soto Gari, su técnica favorita, contra un árbol. La realizaba en combate con tanta fiereza que en mas de una ocasión dejó inconsciente a un contrincante con esta técnica. De hecho le prohibieron en algunos ámbitos realizarla en entrenamientos por su abrumadora potencia.
Pues bien, finalmente llegó el día tan esperado en el que los dos increíbles luchadores de estas dos poderosas disciplinas se enfrentarían.
En total fueron trece minutos de combate sin tregua, en los que ambos luchadores estuvieron muy igualados hasta el final. Según las reglas del Judo de competición, Kimura habría ganado varias veces por Ippon al proyectar a Gracie con una efectividad plena, pero como la lucha solo acabaría cuando uno de los dos se rindiera o quedara inconsciente, tuvo que llegar en el minuto trece una llave de brazo efectuada por Kimura en la que consiguió someter a Gracie. Sin embargo, Helio Gracie se negaba a rendirse, hasta tal punto que la llave le dislocó el codo partiéndole el brazo. Aún así, con el brazo roto, Helio Gracie siguió empeñado en luchar, y lo intentó, demostrando un espíritu de lucha asombroso que más tarde el mismo Kimura alabaría, pero su esquina lanzó la toalla, como era debido.
La llave que le aplicó se llama Ude Garami (brazos enredados en japonés), pero a partir de entonces esta técnica se conoce fuera del Judo, por el nombre de Kimura, tanto en prensa como en campeonatos del estilo de UFC y MMA.
Un saludo a todos y gracias por leer :)
